Siempre que tengo invitados a almorzar o a cenar en casa me encanta preparar algún aperitivo ya que es habitual que no todo el mundo llegue a la misma hora y con estos crostini de origen italiano, la espera se hace siempre de lo más agradable. Se preparan además en poquísimo tiempo y no necesitarás tampoco muchos ingredientes. Y otra cosa que me gusta además de este aperitivo, es que son ligeros y no te sacian hasta el punto de no querer comer después el plato principal.