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Tareas del hogar: ¡Un juego de niños!

Te damos algunos consejos e ideas para realizar las tareas del hogar en familia.

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03.06.2016

Cuando se les pide a los niños que ordenen sus juguetes o que ayuden en determinadas tareas del hogar, muchos reniegan o buscan la forma de librarse, pero las tareas del hogar no tienen por qué resultar laboriosas y aburridas. Te proponemos unos sencillos consejos para que poner orden en casa sea agradable y divertido para padres e hijos.

"¡Pero mamá, eso es aburrido!" o "luego lo hago" son las respuestas más frecuentes que los padres están acostumbrados a oír cuando piden a sus hijos que ayuden con las tareas del hogar. Se convierte en un asunto casi de estado en vez de algo habitual en la gran mayoría de las familias, especialmente, si se encuentran en plena adolescencia.

Lo más importante a la hora de involucrar a los niños en las tareas del hogar es la edad a la que se les empieza a inculcar una serie de normas. Ésta concretamente, la de ayudar en casa a mantener el orden, recoger sus cosas, no levantarse de la mesa e irse sin recoger... son algunos ejemplos de cómo los más pequeños pueden ayudar pero sobretodo, concienciarse de lo importante que es vivir en un hogar ordenado. Se recomienda empezar en torno a los cuatro años de edad, y aunque quizá al principio pueda costarles un poco y se quejen, con el tiempo asimilarán como algo normal el ayudar en las tareas del hogar.

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A la edad de ocho o nueve años, el niño estará acostumbrado a colaborar con el resto de la familia y según va creciendo irá asumiendo nuevas responsabilidades en casa, en función de su edad. Por ejemplo, regar flores en el jardín, sacar la basura o encender el lavavajillas. Siempre habrá una tarea adecuada para cada edad.

Y si queremos estimular la motivación del niño, es recomendable que los padres valoren la posibilidad de, una vez que entiende cómo es la tarea del hogar, que se delegue en él para hacerla siempre. "Una tarea de persona mayor", como se le puede explicar al niño, representa que se deposita en él confianza, y afrontará la tarea como un reto.

Es importante también, según que tareas, que se hagan en equipo. "Papá y yo hemos limpiado el salón en un momento", suena mucho mejor para un niño que "Tengo que limpiar el salón". Y además, siempre se puede hacer motivando la conversación sobre algún tema de especial importancia o interés para ambos dos. De esta forma, no sólo se realizan las tareas del hogar sino que propiciamos un ambiente de confianza y se estrechan lazos entre padres e hijos.

La caza del tesoro

Aspirar y limpiar el suelo puede convertirse en una excitante caza del tesoro. ¡Cómo lo oyes! Si te apetece motivar el esfuerzo del pequeño al realizar la tarea del hogar, siempre puedes decirle que hay un tesoro escondido en la casa y que sólo lo encontrará si te ayuda. Unas veces limpiarán unos y otras otros, pero podéis jugar en familia a encontrar el tesoro entre todos.

Mi planta y yo

Las plantas también son seres vivos que necesitan cuidados y atención. Una vez que hayas explicado esto a los pequeños, estarán muy predispuestos a ayudarte a conservarlas y que éstas estén siempre bien cuidadas. Puedes proponerle elegir una planta, ponerle un nombre y que desde ese momento se convierta en responsable de su bienestar. El cuidar de una planta refuerza enormemente el sentido de la responsabilidad de los niños. Proporciónale una etiqueta o cartel para que escriba su nombre así como unos breves consejose para su cuidado, ¡y listo!

Olimpiadas de limpieza

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Una animada competición entre hermanos, es divertida y puede convertir la aburrida limpieza en un entretenido desafío. Además de la rapidez, la precisión debería premiarse sobre todo lo demás en esta actividad. Así es como los niños aprenden a asumir sus responsabilidades de forma independiente al hacer un trabajo de una forma lúdica. Desde los cinco años, las tareas cooperativas se pueden integrar en el juego.  La recompensa no siempre tiene por qué ser una golosina, un cariñoso.